¿Es un cuento el aprendizaje? El
aprendizaje de un cuento
Y finalmente
el cuento se acabó.
El cuento de
las lecturas.
El cuento de
las actividades.
Y el cuento
de la asignatura.
Y también el
cuento mental que he ido construyendo en mi cerebro para incluir todos los aprendizajes
educativos significativos. Pero ese cuento también es vivencial. A la vez que
he ido construyendo mi aprendizaje he ido añadiendo experiencias que han hecho
del proceso un cuento con una visión cognitiva y personal.
Y, a su vez, el proceso ha sido proceso doble. El
primer proceso lo podemos definir como un proceso de “descebollinización”, de quitarse capas de como una cebolla.
En mi caso,
de perder buena parte, en cada capa, de los aspectos más “trascendentales” del método científico. Así,
he ido perdiendo kilos de objetividad, de referencias y de escepticismo
pragmático para hacer sitio a la frescura de lo diverso, y para enseñarme que NO
siempre el león es el rey de la Selva, aunque lo diga la Ley de Fulano o el
principio de cetano.
Este lifting científico me ha sentado
maravillosamente, por otra parte. Se ser un morrocoy o un tapir en un estanque
lleno de rayas, de ser un pez dentro de un estanque acechado por las garzas he
pasado a escribir de nuevo mi propio futuro.
Y dentro de
estos aspectos que debía perder, quizá el más característico en mi manera de
hacer las cosas estaba el de correlacionar. Yo siempre he visto el hecho de
correlacionar como algo positivo. De hecho, creo que es quizá la mayor de las
virtudes que se pueden tener en el estudio o en el trabajo. Se esté en el
ámbito en que se esté, saber las
posibles ramificaciones, los tentáculos que subyacen es una ventaja que
posibilita los aprendizajes, y te posibilita tener un pensamiento lateral, una
creatividad más evidente. Ser yo mismo. Simplemente, ser Simón.
Pero he aquí
que con la Iglesia hemos topado, Sancho.
Y trabajo me
ha costado, como decía en mi segunda entrada.
Y es que no
podemos medir la literatura por los mismos parámetros que el resto de
asignaturas.
La literatura es, no está.
Es belleza.
Es pasión. Es sentimiento. Es la expresión personal de un escritor sobre un
tema. Es una visión personal, trabajada y elaborada para crear y despertar en
el lector una cascada de sensaciones que lo hacen sentir, sumergirse y vivir lo
mismo que el autor ha creado y sentido.
Y no está al
servicio de las demás asignaturas del currículum de Educación Primaria,
Secundaria o Universitaria. No se debe usar la literatura como moneda de cambio
para trabajar otras asignaturas. No se debe usar la literatura para otra cosa
que no sea literatura. Para otras asignaturas ya tenemos otro tipo de textos.
Pero no la literatura.
Si, Irune.
Me ha costado pero al fin me lo he grabado a hierro y fuego en mi cerebro, y,
transmutándome en un personaje del Siglo de Oro “a fe mía que lo defenderé a capa y espada ante el que ose no respetar a
esta doncella”, como diría cualquier caballero de Fuenteovejuna.
Irune, me
decías entre risas que muchos compañeros realizaban una especie de “intrusismo profesional”. Y creo que es
un sentimiento completamente comprensible. Porque, como bien recordamos, un
texto literario debe tener un objetivo artístico, con predominio del a función
poética, pertenecer a un género literario –narrativa, poesía o teatral-, y ser
un texto de ficción.
Pero que
bajo este prisma artístico, tampoco deberíamos medir por este baremo a otras
opciones artísticas.
Me ha hecho
especial ilusión despertar, tras años de hibernación, casi de encantamiento,
cual Bella (o Bello ¿alguien se lo cree?) Durmiente, algunos aspectos de mi
faceta literaria que creía perdidos. Así, como ya mencioné, he recuperado mi
libro de vivencias. Y he vuelto a escribir en él. Y he vuelto a recuperar el
gusto por la escritura. Y he vuelto a escribir poesía. En fin, ahora soy un
poco, un mucho más yo. En fin, he recuperado otra parte de mi vida.
Pero también
he ido adquiriendo otra serie de capas, de “cebollinización
paulatina”, de aprendizaje, de adquisición de experiencias y de consejos, y
de diálogo, mucho diálogo.
Y si, Irune,
quizá te deberían de pagar aparte por mi…….
Pero la
verdad es que he disfrutado todas y cada una de las charlas que hemos tenido.
Han sido tremendamente enriquecedoras. Y es que hay pocas cosas que me hagan
disfrutar tanto como una buena charla, sea del tema que sea.
Me pueden
tachar de analógico, pero el cara a cara jamás podrá suplirse con tecnología
alguna. Las vídeoconferencias, el Skype, se acercan mucho, pero esa “calidez humana”,
ese hablar a una persona y no a una pantalla, se pierde.
Y tras todas
estas charlas, trabajos y lecturas, búsquedas, síntesis y pretensiones el mayor
de todos los aprendizajes que he realizado en esta asignatura y que Irune,
con su
buen hacer se ha encargado de repetirme hasta que yo lo he tomado como
mío es el que ya he escrito en mayúsculas anteriormente:
La literatura es.
Y lo que la
literatura es, ya lo hemos escrito antes. Pero también la literatura te aporta
y te enriquece.
Y a mí, la literatura
me ha dado mucho en estos meses.
En primer
lugar, referencias bibliográficas.
Disculpadme que aun me salga esa vena científica y analítica. Pero en
este caso es estos libros son más el referente al que intento llegar que libros
de consulta. Y por otra parte, en muchos casos no son literatura, pero
transmiten tanta sensación de belleza, de poesía, que creo necesario
destacarlos.
En la
primera entrada, aunque el libro no era de mi entero agrado, si que me quedó
con la esencia. Y como dice la canción, “cada
quién es cada quién y cada quién es cada cual”. Hay que pretender ser tu
mismo y dejarse de convencionalismos.
La
segunda entrada, por el contrario, me ha permitido descubrir dos libros que
recomiendo desde primera hasta la última página. Así, el libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas, de Bettelheim,
es una visión diferente, adulta y que contiene mucha poesía. Y en Los
cuentos de hadas clásicos anotados, de la Dra Tatar, podemos encontrar cada
uno de los cuentos clásicos y su crecimiento y transformación con el paso del
tiempo, mostrando, de manera soberbia, la vivencia de los cuentos. Sé que voy a
consultar estos dos libros con muchísima frecuencia en mi carrera docente.
En la
tercera, los libros para niños de la Colección Alba y mayo de Ediciones de la Torre.de autores del Siglo de Oro español nos
pueden ayudar a dar una visión muy objetiva a los alumnos de lo escrito, pero de
una manera amable y sencilla.
De la cuarta
entrada me entusiasmó el relato completo. De hecho creo que lo voy a usar muy a
mudo como lectura en diversos cursos, si me es posible. Aunque sea un relato,
la función poética está tan desarrollada que me parece un poema de verso libre.
Y de la
quinta, no me quedo con ningún libro, sino con la capacidad que había perdido
de emocionar y emocionarme con lo que escribo. Esa vivencia del libro que me queda por
escribir la guardaré como oro en paño.
Pensaba
incluir algún apunte sobre lo principal de cada uno de los temas, pero creo que
está de más. Como único punto quiero destacar el papel que nos corresponde a
los profesores para hacer llegar la literatura a los alumnos. Mediante el
cuento, haciéndolos nuestros. Mediante la lectura, motivando a los alumnos. Y
mediante la escritura, sirviendo de guía y acompañamiento de los alumnos en sus
creaciones literarias.
Por otra
parte me llevo mis vivencias y momentos compartidos. Los momentos de trabajo
con mis compañeros, con mis amigos. Y es que realmente trabajar con Altea y con
Guillermo es trabajar en equipo. Un equipo que ya se conoce bien, y si es alrededor
de unos montaditos, mejor. Chicos, muchas gracias por compartir otra aventura
más conmigo.
Momentos más
en solitario
Momentos de
profunda concentración
Momentos de
reflexión.
Momentos de
decepción, como no, cuando las correcciones te hacen ver que tu aprendizaje no
es el óptimo, a pesar de tus ideas.
Y aquí tengo
que recalcar que el “feedback”, la
retroalimentación que nos has dado ha sido vital para poder mejorar y poder
seguir una senda que por momentos se tornaba trocha de montaña serpenteante,
resbaladiza y angosta, o senda en una selva impenetrable, para pasar a ser una
bonita pista rodeada de los pájaros, las flores y árboles centenarios de los
libros.
Y por otra
parte, también he ganado en personalidad. No tanto a lo personal, sino en
cuanto a mi manera de redactar y presentar los trabajos.
Del aséptico primer texto, lleno de referencias,
muchas equivocadas por ese espíritu de
alejarme de lo escrito, al personalísimo
quinto, donde tan solo existe mi propi vida y mi intuición, creo que he cumplido un ciclo de catarsis
completo. Y eso también lo he conseguido en esta asignatura.
La verdad es
que son muchos los aspectos y las formas que he pulido.
De ser un
bloque de acero he pasado a ser madera pulida, y más tarde se ha ido
reproduciendo en mí un rico relieve, una pléyade de figuras diversas que han
conformado en mi una forma de ver el conocimiento de la asignatura muy
semejante al que tenía con 20-25 años.
Esta “involución desarrollada” me sirve para
reafirmar posturas pretéritas, además de para enriquecerla con la experiencia,
con compañeros, con amigos, y con una magnífica maestra.
Un saludo a
todos los copartícipes de esta aventura. Nos vemos en las páginas de cualquier
libro.
Jesús
Un excelente artículo. Muy personal y muy sincero. Enhorabuena.
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