BP kudu horn

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jueves, 16 de marzo de 2017


El diálogo se hace hablando. Lenguaje, lengua y comunicación oral.

¡!!!!!!Uffff!!!!!

¡!!!!!!!Cómo me ha costado esta vez ponerme a escribir la entrada del blog!!!!!!

Y no es porque no me guste el tema, ya que hablar y dialogar es una de mis actividades favoritas.

Las razones son otras.

Una, el tiempo. Cuando desconozco algún tema, necesito leer. Informarme, formarme y tener las ideas muy claras. Y ahora espero tenerlas.

Y la otra, mi forma de ver y hacer las cosas.

Me gusta llevar todo perfectamente diseñado, o al menos entenderlo como tal.

Ya sé, Irune, que aquí estamos para aprender, pero si tengo que defender un trabajo, unas ideas, tengo que creer en ellas.

Y ahora, tal y como lo veo y me siento, creo estar preparado para ello.

Pero vayamos al tema, y dejemos las divagaciones.

Hablar, esa es nuestra tarea. Hablar con orden de ideas y en orden de intervención. Hablar todos y con todos. Hablar en igual de opiniones, con igualdad de oportunidades y de conciencia, con conocimiento de lo que hablamos.

Hablar, en fin, no es solo la expresión oral de un lenguaje, sino también valores, ideas y compromiso.

Así que, pasemos ya estas páginas de prólogo……….perdón, hagamos que a las palabras se las lleve el viento………..y veamos cómo entiendo yo esta actividad.

Que para eso está este blog, para hablar con palabras impresas, y para que entre todos comentemos y aprendamos……con palabras impresas.



Pongámonos en contexto. Para esta actividad trabajaremos durante la tercera y cuarta horas (después del recreo), que englobará las sesiones de Lengua española y de Tutoría en una clase de Tercero de Primaria uno de cada dos miércoles. En el caso que no poderse realizar, esta actividad se adelantará al martes a primera y segunda sesiones.

Este tipo de actividad de diálogo en gran grupo es parte del diseño de la asignatura con el fin de que los alumnos lean, comprendan y expresen lo comprendido con sus propias palabras.

La clase en la que llevaremos a cabo esta actividad de diálogo es una clase de 27 alumnos de edades comprendidas entre los 8 y los 9 años.

En cuanto a los alumnos, existen 4 alumnos invisibles, extremadamente introvertidos y que apenas se comunican en clase, tanto con el profesor como con sus compañeros. Tienen tan solo un amigo que les sirve de soporte en la clase.

Existen, además, otros dos alumnos. Uno que presenta una gran impulsividad y otro que es altamente disruptivo y que “necesita” que siempre se lleven a cabo las cosas a su manera.

Una de las primeras tareas que realizamos al iniciar el curso, concretamente en la primera tutoría,  fue hablar sobre los temas que más nos interesaban a cada uno. Fuera de los deportes (especialmente el fútbol, siempre el fútbol), recabamos una serie de temas sobre los que merecería la pena dialogar. Pero también los temas que más les inquietan o preocupan, o los que les apetece hablar como clase.

Pero ¿Cuáles son estos temas?

He elaborado la siguiente tabla sobre los temas que más preocupan a la clase. Por otra parte, no he encontrado una referencia fiable sobre estos mismos temas en una búsqueda en Internet, incluyendo Google Scholar.
1. Temas planteados para el diálogo por lo alumnos de una clase de 3º de Primaria

Papá y mamá
La soledad
El colegio
El fútbol
Los videojuegos
Los amigos
La tele
Los deberes que nos mandan
El acoso escolar
Nuestros sueños




Estos temas serán los que se tratarán en clase, y que serán elegidos por los alumnos según su interés.

La única intervención que realizaré, como maestro, será adaptar el tema (acotándolo, ampliándolo o redirigiéndolo para sacarle el mayor partido posible)

Por otro lado, me gusta que los alumnos estén al día sobre los acontecimientos que se producen en el mundo y que expresen lo que sienten o los sentimientos que les produce. Aunque este tema está rondando la inteligencia emocional, o directamente pertenece a ella. Pero hay contenidos transversales que se insertan por todo el currículum. Y lo que piensan nuestros alumnos está enormemente relacionado con sus intereses. Se dice que se aprende mejor lo que nos conmueve. Pues hagámoslo.

Pero aquí, y ya sé que es un tema muy controvertido (extremadamente introvertido, diría yo), hemos de conseguir que los alumnos perciban la diferencia entre hablar por o con las palabras de sus padres, y sus propias palabras. Y también que sean los alumnos los que expresen sus objetos de interés. Nada peor para un profesor que no dar salida a unos de los puntos de interés de sus alumnos.

Quizá este sea el problema más importante, ya que el foco de la educación no somos nosotros, los maestros, sino los alumnos. Quitémonos el foco y cedámoslos el protagonismo.

Así que, cuando se plantee un tema candente (como los atentados de París y el yihadismo), debemos dar salida a ese caudal de sentimientos e inquietudes. Al menos, esa es mi opinión y la que he visto desarrollar. Y los alumnos lo han agradecido enormemente.

Si analizamos el momento evolutivo de los niños de tercero de Primaria veremos que aun están en la etapa egocéntrica, por lo que deberemos poner especial énfasis en evitar que los alumnos se centren en comentar experiencias propias.

Por otra parte, los alumnos de esta edad no alcanzan ningún nivel de abstracción, por lo cual la reflexión es muy complicada para ellos. Todo es concreto y muy concreto, en especial si los alumnos no han realizado actividades previas que les permitan una cierta autonomía en su capacidad comunicativa.

Aun así, los alumnos pueden realizar aportaciones muy interesantes con su experiencia personal, ayudándose entre ellos para que sean modelos positivos o negativos.

Otra parte que se deberá tener muy en cuenta y sobre la que habrá que poner especial cuidado es la del lenguaje. No debemos permitir la crítica feroz o mordaz.  Se dice que los niños siempre dicen la verdad, pero hemos de tratar de modular esa “honestidad brutal”. Y para ello debemos promover un lenguaje positivo.

Y puesto que estamos hablando de modular, o de normativizar este diálogo, no estaría de más que repasásemos las normas de clase, reglas de convivencia,  y las normas específicas de diálogo, si las tenemos.

Si no las tenemos, sería muy adecuado elegir algunas por consenso. Las que se llevan a cabo en nuestra clase son:

                                   NORMAS DE DIÁLOGO



Si quieres hablar, el brazo alzado bien alto siempre tendrás.

Si un compañero está hablando, con las orejas muy abiertas estaré escuchando.

Si estás con algo en desacuerdo, lo aceptas y planteas una alternativa.

Hablamos de forma clara y entendible, sin palabras raras ni ofensivas.

Si un compañero se equivoca, todos de una vez le ayudamos sin demora.

Las normas están redactadas por los propios niños, que han decidido su contenido, e incluidas dentro de la carta de compromiso que forman al comenzar el curso académico.

Así mismo, han decidido que cada vez que se incumpla una de estas normas, se dará una tarjeta de silencio al infractor. En el caso de que una intervención sea muy brillante, se darán 5 puntos Dojo..

Pero aun ni hemos elegido el tema, ni como lo podemos elegir.

Así que se elegirá uno de los temas de los que existen en  el mural de principios de curso.

Si el tema no les apetece, no les interesa en el momento, o no se sienten motivados, pasaremos a l segundo en la lista.

En este caso me voy a basar en uno de los temas que solemos hablar en educación no formal, cuando trabajamos la educación en valores:

                                             “la importancia del compromiso”

Ya hemos visto anteriormente que los alumnos han firmado una carta de compromiso al inicio del curso, por lo que este diálogo trataremos que sea el primero de los que realizaremos cuando iniciemos el ciclo de diálogos.

Puede sonar extraño, de personas más mayores o una técnica peculiar el firmar una carta de compromiso, pero es una “táctica” más que una técnica que dispensa unos resultados realmente buenos.

Os alumnos se sienten parte del gran grupo, sienten que forman parte de él y que sus decisiones son las que mueven al grupo. Y ese afán de pertenencia es el que les lleva a moverse.

Pero una vez institucionalizado ese “espíritu de pertenencia” llega el momento de marcar los qués”: ¿Por qué?¿Para qué?..........

Y ese es el objetivo de nuestro diálogo.

A mí siempre me ha gustado cuando dialogamos sentarme en círculo, solo en sillas, y eliminar las mesas, los parapetos. Y así lo haremos.

Cada alumno se colocará, al menos en este primer debate, el el lugar que prefiera. Dependiendo de si hay, o no hay interacciones no autorizadas (si hablan entre ellos, en vez de para la clase), esta situación puede variar en sucesivos debates.

Esta colocación libre es especialmente importante para que aquellos alumnos que no suelen hablar (los denominados alumnos invisibles” o alumnos tímidos) se sientan cómodos, eligiendo los lugares en los que se encuentran aquellos alumnos que les son afines.

Incluso, y ya que es una técnica muy sencilla, podríamos elaborar un sociograma para poder situar a los alumnos de manera “cómoda”, o “incómoda”, dependiendo de la situación.

Pero sigamos, que me lío, como siempre.

Y además, con esta disposición en círculo, todos (incluido en cierta manera, el profesor), seremos iguales (como en los caballeros de la Mesa Redonda)

Recordemos, vamos a hablar del compromiso y su importancia.

Ya hemos tratado someramente el tema con la firma de una carta (algunos pensarán, y posiblemente me digan, que lo ideal sería primero plantear el diálogo y más tarde firmar la carta, pero la experiencia me dice que éste es el plan adecuado, ya que para ellos, lo primero es sentirse parte de, y luego conocer a fondo lo que es), así que hemos de preparar el diálogo.

Para ello, cada uno de los equipos de trabajo cooperativo se preparará el tema en una sesión previa. Puesto que este tema poco tiene de experiencial, todo se basará en la información que puedan reunir, así como en las experiencias que puedan recabar en su entorno. De esta manera, a esta sesión aportarán esa información más las experiencias de su entorno, recogidas anteriormente, que ellos elaborarán de manera grupal, en principio, y más tarde de manera personal. Me pasaré por las mesas tratando de que el material elaborado reuna al menos algunas de las características necesarias para que el debate se desarrolle de manera adecuada. Si no elaboran a la primera el mejor material de trabajo, ya lo harán más adelante. El trabajo debe ser suyo.

Pero para tratar de que todo el diálogo no se base en experiencias personales, dada la falta de pensamiento abstracto (aunque en verdad algunos niños pueden realizar reflexiones y abstracciones de gran complejidad), haremos que nuestros alumnos, que recordemos que tienen 8-9 años, diseñen sus “apuntes de diálogo” con dos líneas diferentes:

                                      El compromiso
Conocimientos
A favor

En contra
Experiencias
A favor

En contra


Una vez preparado el diálogo con las suficientes datos, nos plantearemos las preguntas a resolver, las preguntas motivadoras.

Pero, dado que este diálogo es un diálogo de gran importancia, el profesor ejercerá de secretario e irá recopilando las intervenciones, escribiendo en folios todo lo que allí se hable con el fin de que forme parte de “la vida de la clase”.

Como grandes preguntas (que deben pensar en contestar) para preparar el diálogo podemos plantear las siguientes:

1.      ¿Qué es el compromiso?

2.      ¿Cómo  es el compromiso? Hemos de dar gran importancia a la diferencia del qué, la definición, y el cómo, las causas o motivaciones.

3.      ¿Qué es lo más importante del compromiso?

Estamos en un diálogo, pero no debemos de perder el horizonte de que estamos, al fin y al cabo, en una clase de lenguaje.

La ventaja es que los alumnos no ven estas  actividades como una clase al uso, sino como un juego o una actividad muy diferente

4.      ¿Qué es lo que ha  es lo que más te gusta) de comprometerte?

5.      ¿Qué es lo que menos te gusta (abordamos la pregunta, aun siendo algo negativo, en positivo) del compromiso?

6.      Si pudieses cambiar algo del compromiso, ¿Qué sería?

7.      ¿Cuándo podremos aplicar el compromiso y sus reglas en la clase?

8.      ¿Cómo podemos aplicar el compromiso?

Como vemos son preguntas muy abiertas y que en modo alguno se responden con un sí o un no.

Además, se dirigen de manera muy clara a lo que los alumnos han preparado, por lo que se animarán muchísimo al ver que pueden participar de manera sencilla.

Así, poco a poco, sabrán preparar un diálogo o debate de la manera correcta. Quizá no en un año, o quizá ni en dos, pero al menos adquirirán las habilidades necesarias para ello.


● Repartir el turno de palabra a los alumnos siempre y cuando levanten la mano para realizar sus intervenciones

● Escuchar y tomar nota, como he  comentado más arriba, de lo más importante de cada intervención, con el fin de recoger  una conclusión que debe ser muy semejante a las conclusiones de los equipos de trabajo cooperativo.

●Seguir los turnos de palabra para repartirlos con ecuanimidad.

●Recordar las normas de conducta para los diálogos en el caso de que algún alumno las contravenga.

● Atender al contenido y al continente de cada una de las aportaciones con el fin de poder valorar cada uno de las rúbrica de evaluación.
Pero además, otra de las indicaciones será que los alumnos deben tomar nota de algunas de las ideas que más les gusten y que o sean suyas. Esas ideas se pasarán a los equipos cooperativos y se redactarán de manera coherente, recogiéndose en el “libro de oro de clase”.

Antes de comenzar el diálogo definiré mi papel dentro del gran grupo:

Comenzamos el diálogo pidiendo que los alumnos que lo deseen comenten algunas de las ideas que han ido recopilando en los grupos. En este momento los alumnos desarrollan su labor en gran grupo, por lo que les hemos de advertir que las intervenciones son personales y no de parte de los equipos cooperativos, que ahora están abolidos.

Estas ideas se basarán en los puntos en común y los puntos diferenciales que los integrantes de los grupos han observado al preparar sus notas.

Aceptaremos, en esta primera parte del diálogo, las experiencias vivenciales del entorno a fin de ejemplificar algunos, o muchos, de los puntos a dialogar.

Ya que todas las aportaciones se han de respetar y se han de tener en cuenta (mirar las normas de diálogo), intentaremos que, más adelante, los alumnos realicen una segunda fase y sobrepasen, si es posible, esta primera fase vivencial y generalicen.

Sé que no es lo habitual para estas edades, pero si conseguimos que, al menos una parte, sea así, habremos dado un paso de gigante. Pero no adelantemos acontecimientos.

Por otra parte, los alumnos sienten que están progresando dentro y con el grupo, y esto consigue que la cohesión y el compañerismo sea mucho mayor.

Del mismo modo, este respeto de las ideas y aportaciones hace que cualquier niño se sienta respaldado y a gusto.

Esta parte es especialmente importante para aquellos alumnos tímidos, reacios a aportar su punto de vista.

Una vez que se hayan aportado las ideas que se han desarrollado en los equipos de trabajo cooperativo, pasaremos a las aportaciones realizadas por los alumnos de manera individual.

Este turno de palabra individual debe estar cubierto por una serie de preguntas de andamiaje o de continuidad, es decir, aquellas preguntas que permiten continuar con el diálogo si el turno de palabra no fluye con continuidad o se estanca del todo.

En los primeros diálogos estas preguntas deberán ser más numerosas, uya que los alumnos se “atascarán” con facilidad.

Las preguntas que propongo son las siguientes:

1.      ¿Por qué es tan importante la motivación?

2.      ¿Qué se le puede sumar a la motivación para que nada nos pueda para en nuestro objetivo?/¿Qué pensáis de la palabra esfuerzo?

3.      ¿Pensáis que se pueden hacer las cosas sin motivación?

4.      ¿Cómo de grande puede ser la motivación de un niño como vosotros?

5.      ¿Depende la motivación de obtener un regalo/ de que papá y mamá os compren algo como premio?

6.      ¿Qué os sugieren/qué os dicen/ qué os parecen las siguientes frases?

Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos. Walt Disney.


A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, ero el mar, sería menos si le faltara una gota. Madre Teresa de Calcuta.


Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga. Mahatma Gandhi

Y al fin llegamos a unos de los puntos más importantes:

¿Qué hacemos con los alumnos que no participan de la manera correcta, o que, sencillamente no participan?

El primer caso, es el alumno que constantemente sabotea el diálogo. Es el alumno disruptivo. Estos alumnos generalmente están siendo monitorizados por el equipo de orientadores del centro, por lo que corresponde a ellos orientarnos sobre la mejor manera de interactuar con él, y especialmente en actividades de gran grupo.

El segundo alumno, es el alumno impulsivo. Este alumno quiere participar continuamente, y muchas veces sin tener que decir algo nuevo. Para este tipo de alumnos un buen método de trabajo es el trabajo personal.

La estrategia del semáforo es una buena solución.

Se trata de que el alumno entienda que no siempre se puede hacer lo que él quiera. Para ello se “instala” un semáforo en la clase, ya sea pintado, ya sea de cartón, con sus tres colores.

Si el semáforo está en verde, el alumno impulsivo puede realizar cuantas intervenciones en clase quiera, pro siempre con las normas de clase.

Si transgrede alguna, pasará a semáforo amarillo

Si está amarillo, tan solo puede realizar dos intervenciones por clase, intervenciones que ha de medir muy bien. Si las gasta, pasrá el semáforo a rojo.

En caso de semáforo rojo (color que alcanzará tan solo si transgrede alguna norma repetidamente, el alumno no podrá realizar intervenciones.

Es una manera lúdica con la cual el alumno aprende a controlar su s impulsos.

Por otra parte, trabajaremos de manera individualizada su manera de actuar, haciendo hincapié en los ejemplos diarios de normas que ha de cumplir.

El tercer alumno, del que no tenemos ninguno en este grupo, es el niño que siempre quiere imponer su punto de vista. Este tipo de alumno le trataremos de igual manera que al niño impulsivo, con intervenciones a nivel grupal e individual.

Y el cuarto son los alumnos tímidos o introvertidos.

Una buena motivación son los refuerzos positivos, como el refuerzo positivo (destacar las aportaciones interesantes de estos alumnos de manera moderada, puntos Dojo, los célebres positivos).

Pero también debemos trabajar con ellos de manera individual. Mejorar su autoestima hablando con ellos siempre en positivo, destacar sus cualidades y virtudes o diseñar estrategias para minimizar las no tan positivas para que pueda afrontar el diálogo público son algunas de las estrategias posibles.

Además, trataremos de conocer sus puntos de vista y brindarle un punto de apoyo dentro de la clase.

Por último, trataremos de conocer sus áreas de interés, invitándole a presentar alguna intervención sobre uno de sus temas fuertes al resto de la clase, pero siempre de manera completamente voluntaria. Repito, de manera completamente voluntaria, sin chantajes.

En algunos casos, la introversión será tan fuerte que deberemos trabajar de la mano con el departamento de orientación.

Durante el desarrollo del diálogo, y a pesar de que “todo vale”, podemos, y deberemos realizar intervenciones, no tanto de opinión, sino  sobre propnunciaciones o acentos, pero de MANERA POSITIVA. Por ejemplo, pronunciando la palabra bien. Pero nunca recriminando una palabra como mala.

Terminado el diálogo, realizaremos una evaluación. Esta evaluación se llevará a cabo de diferentes maneras.

La evaluación es tan importante como la actividad, ya que es nuestro control de calidad.

Así, valoraremos oralmente el período de trabajo en equipos cooperativos, el diálogo en gran grupo y sus sentimientos individuales a lo largo de esta actividad.

Pero, ya que es nuestro control de calidad, los alumnos podrán también realizar sugerencias que ayuden a que el próximo diálogo sea mejor o más divertido que éste.

Este tiempo es un tiempo de autoevaluación, y hay que hacérselo patente a los alumnos. Que ellos tomen consciencia de todo lo que rodea a una actividad de este tipo, pero también, como en un Dafo, que sean conscientes de sus fortalezas y debilidades, para poder elaborar estrategias de mejora. Y ya que estamos terminando un diálogo sobre motivación, una debilidad es una oportunidad, no una desventaja.

Para mi, la mejor manera de evaluar a los alumnos es mediante rúbricas. Elaborarlas puede parecer tedioso, pero son realmente objetivas, pero una vez que el alumno toma conciencia de ellas le sirven como otra herramienta más de mejora.

Es IMPRESCINDIBLE que estén redactadas de manera muy clara y adaptadas al lenguaje del alumno.

Si además, conseguimos que ellos mismos se impliquen en su diseño, habremos conseguido que formen parte del proceso de comprensión (aprendizaje+interiorización) y de retroalimentación con ellos mismos, que conocerán de inmediato aquellos elementos que han de reforzar, como para el maestro.

En mi caso, esta es la rúbrica que he diseñado para las sesiones de diálogo. En mi caso, están redactadas en primera persona para que sea el propio alumno el que se valore y se ponga en el lugar que le corresponda.

 4 (Sobresaliente)
 3
 (Notable)
(Aprobado)
 1
(Suspenso)
 HABLA
Pronuncio las palabras con seguridad. Hago las pausas de los signos de puntuación. No uso muletillas.
Pronuncio las palabras con seguridad y hago las pausas de las frases adecuadamente, aunque uso muletillas.
Pronuncio de manera segura, pero hablo muy rápido o muy lento y uso muletillas.
Pronuncio de manera insegura, incluso me como palabras. Hablo muy deprisa y uso muletillas.
 VOZ
Tengo un tono alto, pero adecuado mientras intervengo.
Hablo demasiado alto mientras realizo la intervención
Mi voz es muy baja mientras hago mi intervención.
Casi no se me oye mientras hablo. Susurro.
 ACTITUD
Miro a mis compañeros durante las intervenciones y me muevo de forma natural.
Miro a mis compañeros durante mis intervenciones, aunque entrelazo las manos o jugueteo con el lápiz.
A veces no miro a mis compañeros mientras estoy hablando.
No miro a mis compañeros la mayor parte de mi intervención.
 TEMA
Hablo solo del tema que debo hablar.
Hablo del tema que debo hablar, pero a veces incluyo otras cosas.
Hablo de lo que tengo que hablar, pero incluyo demasiadas cosas de las que no estoy seguro.
Hablo sin saber muy bien de lo que estoy hablando.
 DATOS
Baso mis intervenciones en mis datos.
Uso mis datos de manera habitual.
Uso de vez en cuando los datos que he preparado.
No uso los datos preparados durante el trabajo en equipo.
 INTERVENCIONES
Sigo un orden en mis intervenciones.
Cometo algún error en el  orden de los datos en mis intervenciones.
Tengo bastantes errores de orden en la presentación de mis ideas.
Mis intervenciones no tienen un orden establecido.



Existen otros sistemas más complejos de evaluación y autoevaluación, pero todos ellos suelen ser tediosos y a la larga se suelen descarta r porque nos llevan demasiado tiempo.

En mi caso, creo que este sistema supone un esfuerzo que se compensa con la información recopilada.

Nosotros mismos debemos también realizarnos periódicamente alguna autoevaluación.

Y es aquí donde yo me aplico una frase que se ha quedado como mi frase de cabecera “si tú no pagarías para asistir a una clase tuya, es que tus clases no merecen la pena”.

Como conclusión, y aun reconociendo desde el principio que soy un firme defensor de las actividades de diálogo dentro del aula, ahora pienso que es imprescindible que los niños posean este tipo de actividades en su formación de manera regular.

Cada vez estoy más en contra de los libros, y tengo especial manía a los de lenguaje y educación artística. Por favor, metamos una patada al libro de lenguaje y hagamos actividades que realmente van a suponer a los alumnos una avance significativo en sus competencias.

En esta actividad los niños han de interactuar con todos ellos, respetar una serie de normas, escuchar y hacerse escuchar y entender.

Pero para que todo esto funcione, es primordial que el foco esté puesto sobre los niños, y no sobre el profesor. Por lo tanto, han de ser ellos los que elijan un tema que sea de su agrado e interés. Nosotros somos meros gestores de la actividad, pero el protagonismo es suyo. A fin de cuentas, ellos son los que se están formando y educando.

La búsqueda de la información, su elaboración, y su presentación ha de ser labor de los alumnos. Nosotros solo debemos corregir y aconsejar. Marcar tiempos y hacer hincapié en aspectos que pudieran quedarse olvidados.

La comunicación oral, el diálogo, es una actividad muy valiosa que permite un gran flujo de información. Y hoy en día, con las TICs, podemos hacer que la preparación sea tan dinámica como lo sea nuestra imaginación. Podemos presentar el tema en vídeo, como noticias online, o incluso que sean un videojuego. Tan solo la imaginación pone freno a nuestra comunicación.

BIBLIOGRAFÍA

Brunner, I; Rottensteiner, E. (2006) El desarrollo de las inteligencias en la infancia. Ejemplos prácticos para una enseñanza exitosa. Fondo de Cultura económica. 328 pp.

WEBGRAFÍA






http://www.mimosa.pntic.mec.es/aorcajad/Cuestionario_motivacion.doc

4 comentarios:

  1. Buenas tardes Jesús.
    Tras leer tu entrada he de decir que me ha gustado mucho. El tema del debate sin duda alguna está dentro de los centros de interés de los alumnos ya que es hablar sobre ellos mismos y de sus experiencias. La redacción de las normas me ha parecido muy cuidada y creativa haciendo que algunas de ellas rimaran y tengan cierta musicalidad al leerlas. La técnica del semáforo creo que es un buen recurso tal y como lo propones, yo la he usado en clase para controlar los niveles de ruido. Además la evaluación que propones es muy dinámica y haciendo partícipe al alumno siempre en primera persona. Así éste puede percibir cuáles son sus limitaciones y puntos fuertes. Destacar que es imprescindible la autoevaluación docente.
    No obstante, cuando comentabas que a los alumnos de 3º de E.P muestran dificultad para la reflexión, considero que es una habilidad que se entrena y por ello desde infantil se trabajan rutinas de pensamiento enfocadas a ello, para que al llegar a cursos superiores los alumnos tengan ciertas estrategias que les ayuden a una reflexión crítica de un tema de debate. Por otro lado al ir leyendo la entrada he visto varios errores ortográficos debido a la rapidez de la escritura. A mí me pasa constantemente, por ello es necesario revisar los textos una vez escritos para ver su coherencia y estos pequeños fallos.
    A su vez, ha habido algún punto que creo que es posible desarrollar en mayor profundidad. Por ejemplo el papel del profesor dentro del debate. Y el cómo actuar con el alumno disruptivo, es cierto, que tal y como dices, el Departamento de Orientación ha de darnos pautas de actuación pero nosotros conocemos a nuestros alumnos y hemos de ser proactivos con ellos.

    Felicidades por tu esfuerzo.
    Un saludo.

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  2. Hola Patricia
    Muchas gracias.
    Si, la verdad es que voy como loco, y debo tener errores tipográficos a diestro y siniestro.
    Y además, tuve que hacer varios cambios en el texto, y no es que tenga una relación muy amorosa con Blogger.
    Las ideas de los alumnos disruptivos y del papel del profesor me las apunto y trato de incluirlas está semana.
    Me pillas escribiendo la segunda entrada.

    Un saludo, y de nuevo gracias por tus comentarios.
    Me ayudan mucho a mejorar mi entrada.

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