BP kudu horn

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martes, 4 de octubre de 2016

¿Qué hay dentro de Simón Simón?

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¿Por qué lo he escogido?


Me declaro lector compulsivo. Leo todo cuanto llega a mis manos. Por formación, he leído mucha “literatura” científica, tanto libros y manuales, como artículos. Y todos ellos tienen sus propias normas y estilos.
Y por otra parte, me encanta la literatura convencional.  Soy fanático de la literatura de corte histórico.
Mi afán como lector es el de aprender y a gozar de la belleza del lenguaje. Y como tal, pensaba que ese era el objetivo que me debía marcar
Pero en el caso de literatura infantil y juvenil,  la verdad es que la desconozco por completo. Con 8-9 años leía a Verne y Salgari, que eran mis autores de cabecera, e incluso mis profesores de EGB me instaban a leer y paladear Larra o Bécquer en quinto de primaria.
Por lo tanto, interpretar este tipo de lectura es completamente nuevo para mí. De hecho, estaba completamente equivocado en mi planteamiento.
Así que, tras pedir consejo (más bien ayuda urgente), a nuestra profesora, ella me proporcionó el que creyó más adecuado para el análisis. De hecho, una vez leído pienso que fue un préstamo ”envenenado”, ya que por los años que han transcurrido desde la primera edición, todos los baremos por los que se regía el libro han cambiado y las pautas de cálculo de edad y de idoneidad no son los que aparecen. De hecho, he llegado a la conclusión de que en este libro nada es lo que parece.

FICHA DEL LBRO:
Título: Simón, Simón.


Autor: Emilio Sanjuán.
Editorial : Bruño.
Año y edición: primera edición, julio 1989; trigésima edición, julio de 2014.



Ilustrador/dibujante: Javier Zabala.

Edad en la que me baso para realizar este análisis:

En la contraportada se refleja que se puede usar a partir de los 10 años.
Sin embargo,  éste es el criterio que utiliza la editorial, y además, realizado posiblemente en su primera edición de 1989.
Sin embargo, si analizamos los conceptos que refleja realmente el libro, como:
  1. La autoafirmación de la personalidad.
  2. El respeto de la realidad individual.
  3.  La permanencia del uso de la imaginación y la creatividad (pensamiento divergente).
  4. El uso de situaciones abiertas donde priman la transmisión activa de valores mediante la reflexión.
debemos pensar que la edad real para la lectura y análisis completo del libro no son  estos 10 años, sino que el libro se  debe usar a partir de sexto de Primaria y en los dos primeros cursos de secundaria por:
  1. El uso de conceptos abstractos.
  2. El uso de líneas temporales complejas
  3. El uso de personajes primarios, secundarios, recurrentes y ocasionales.
Por otra parte, la presentación del libro, como un cuento infantil dentro de un envoltorio infantil, puede despistar a quien valore el libro de una manera somera e inadecuada.
Pero, ¿De dónde obtenemos estos datos?
Hemos obtenido los datos de Soriano, 1995, Cabrera, 2015, realizando una comparación de los intereses de la infancia y pre adolescencia en ambos momentos separados  veinte años en el tiempo.
Pero, como en esta disciplina no hay nada exacto -“...¡Qué lástima, me digo para mi mismo, que no sea más biológica y menos humana!; más reflejo de las acciones y reacciones y no de los sentimientos”…-, y tal y como me ha apuntado alguna compañera, otros autores, como Cerillo y Yubero, (1996), indican que el libro se dirige a alumnos de 10 años. El problema que yo veo es que este  trabajo es de 1996, y está adaptado a la infancia y pre adolescencia de ese momento, de hace 20 años, y no de ahora, en 2016, 20 años después.
Por mi parte, y basándome en mi experiencia con niños y preadolescentes, y pese a las razones expuestas, me reafirmo en mi primer diagnóstico.

Formato:

El libro es un libro de los llamados “de bolsillo”, de tapa blanda (llamada técnicamente cartoné), sin ningún tipo de alarde. El papel es de gramaje normal, aunque lo suficientemente rústico como para soportar el baqueteo de los niños.
La encuadernación también es muy correcta y parece soportar muy bien el uso infantil.
El tamaño, DIN A-5 (lo que antes se llamaba medio folio o cuartilla), hace que el libro sea manejable para niños, además de que su grosor, unas 100 páginas, también lo hacen ligero.



La tapa es de color verde “botella” y sobre este color las letras en blanco. Este color dicen que relaja. La tipografía principal y las secundarias están correctamente maquetadas.
Tanto en la portada como en la contraportada aparecen dos dibujos a color. Sobre el color verde no se aprecia realmente bien  ni la figura, ni  la estructura del dibujo, dado que se trata de un dibujo acuarelado con los bordes muy difusos.
Quizá otro color de fondo en la zona del dibujo resultaría más indicado para destacar lo llamativo del dibujo.
Así mismo, el uso de un dibujo más general, y no de un pasaje concreto del libro, resultaría, así mismo, más adecuado.
Creo que las ilustraciones, si bien presentan pasajes de la acción de cada capítulo, no se adecuan a la edad de los lectores potenciales, resultando excesivamente infantiles.
Si bien el trazo y la coloración en tan solo dos colores son muy convincentes y se alejan del colorido de los cuentos infantiles, hablando a las claras de que se trata de un libro más “maduro”, la anatomía de los personajes es demasiado aniñada, y creo que no refleja la realidad de los posibles lectores.
Si lo que se busca que los lectores se sumerjan en la historia, hoy en día, en 2016, la figura anatómica que gusta y que buscan los alumnos de quinto de primaria es otra (Colomer, 1998; Casanueva Hernández, 2008).
Es lo que tiene conservar un libro en el catálogo 27 años.
Como ejemplo, os ofrezco una de las ilustraciones, para que valoréis si estáis o no de acuerdo con mi comentario.


Aunque este es el tipo de dibujo, y preferiría uno más maduro, las actuales ilustraciones de Zabala poco tienen que ver con este tipo de dibujo, y se dirigen directamente a un público completamente adulto.

                            



Por último, la estructura narrativa de las ilustraciones diverge de la estructura del relato literario.
Si nos fijamos, parece que don Arnulfo, el profesor, es el protagonista de la historia, ya que ocupa la mayor parte del espacio y de cada una de las viñetas, muy por encima del espacio ocupado por Simón.
Este error en el uso del espacio destinado a cada uno de los personajes es bastante llamativo, y puede hacer que el lector no se sienta tan atraído por la lectura, pudiendo hacer pensar al lector infantil o juvenil en un texto poco atractivo, o no dirigido hacia ellos.

Tema principal del libro:

El tema principal del libro es la autoafirmación de uno mismo, es decir, ser uno mismo a pesar de que las circunstancias no favorezcan ni su expresión ni seguir siendo como eres.
La personalidad de cada uno debe de ser única y personal, y no la que te impongan los demás, a pesar de castigos, como los que le aplica el profesor con o sin razón, o de represalias, como las burlas de sus compañeros.
A pesar de lo que he mencionado antes, y solo gracias al texto, el resultado es que el lector se siente al final un poco Simón, haciendo suyos aquellos episodios en los cuales el lector se siente un poco el patoso, el torpe,  el incomprendido, el  niño al que sus nervios le traban la lengua.
De hecho, hay párrafo que se me ha quedado grabado, en el que el autor resalta que los padres de Simón querían cada vez más a su hijo tal y como era. Siendo Simón.
Esta reafirmación en el hecho de que cada uno somos como somos es muy llamativa, pero quizá quede fuera de lo que un alumno de quinto de primaria puede interpretar hoy en día.
Los temas secundarios del libro que pueden sumarse al principal se pueden contar por capítulos, ya que cada   capítulo, además de dar una nueva vuelta a la trama principal, también se dota de subtema, o tema secundario, que desarrolla la trama narrativa.
Así, podemos destacar como temas secundarios:
  • Capítulo  1: la imaginación.
  • Capítulo 2: el engaño.
  • Capítulo 3: los héroes “reales”
  • Capítulo 4: lo bueno y lo malo. “Héroes vs antihéroes”.
  • Capítulo 5: los problemas en el habla. Decir siempre la verdad
  • Capítulo 6: la atención; el desconocimiento.
  • Capítulo 7: los problemas en el lenguaje (de nuevo).
  • Capítulo  8: aprender de memoria vs entender.
  • Capítulo 9: la venganza. 
  •  Capítulo 10: no sé encontrar un tema secundario.
  • Capítulo 11: la falta de atención.
  •   Capítulo 12: la mentira.
  • Capítulo  13: la falta de confianza.
  • Capítulo 14: la amistad.
  • Capítulo 15: la atención y la ayuda.
  • Capítulo 16: la atención (la falta de atención).
  • Capítulo 17: la atención (la falta de atención).
Incluso, podríamos ver la figura de don Anselmo, con su paciencia y su mano izquierda, como el profesor que permite el desarrollo de la personalidad de cada alumno sin querer cambiarla, y cortando todo tipo de burla, que podría desembocar en otros tipos de comportamiento por parte de los compañeros. De hecho, casi todos los castigos que manda a Simón los desarrolla de manera privada, sin más explicaciones a la clase (jamás lo pone en evidencia).

Estructura:

La estructura narrativa del libro es un tanto atípica.
Así, comienza con los cuatro primeros capítulos, en los cuales Simón es un niño pequeño. Y de repente se realiza un salto de edad, sin reflejar de cuantos años, para situar a Simón en el entorno de la edad de los alumnos destinatarios (al menos en 1989).
Y los otros trece capítulos se recogen como los episodios que suceden a Simón durante un curso académico.
Cada capítulo es en sí mismo una “aventura-desventura” con una estructura abierta, que incluso se puede analizar por separado, por lo que el libro es “un collar de cuentas”.
Una buena parte de los capítulos están  situados en clases de diferentes asignaturas, como queriendo mover al lector a través de los días de clase.
  • El capítulo 6, la clase de Ciencias.
  •  El capítulo 7, la clase de lenguaje.
  • El capítulo 8, la clase de Sociales.
  • El capítulo 9, el recreo.
  • El capítulo 11, la clase de Trabajos Manuales.
Todo esto, de un total de 17 capítulos.
Por lo que vemos, la mayor parte de las “aventuras-desventuras”” de nuestro “héroe-antihéroe”, se desarrollan en clase, lo que tiende a desdramatizar lo que sucede dentro de las clases
Por lo tanto, la estructura temporal es extremadamente compleja, con un salto temporal, que aunque no se cuantifica, es de difícil interpretación en quinto de primaria. Y por otra parte, el fasciculado de los capítulos, que no siguen una línea temporal continua, hace que tampoco sean fáciles de concatenar por parte de un lector infantil.

Personajes:

Tenemos al menos tres tipos de personajes
Simón: es el protagonista absoluto del libro.
Personajes secundarios
  • Don Anselmo: el profesor de quinto curso.
  • Rita: su compañera de clase.
  • Fita: la hermana de Simón.
  • Compañeros de clase. Se apuntan los nombres de algunos de ellos, pero ninguno alcanza un estatus e personaje sustancial salvo Rita.
Estos personajes hacen de hilo conductor del personaje a lo largo de la historia del personaje principal.
Además,  aparecen algunos personajes puntuales en cada capítulo del libro para dar matices, si bien algunos capítulos, como el cuatro, presentan personajes narrativos, pero no físicos
  • Capítulo 1: El espantapájaros
  • Capítulo 2: Gigantón
  • Capítulo 3: Supermosca
  • Capítulo 4: El perro, el carnicero, la gente del mercado.
  • Capítulo 5: Doña Aurelia, Luisito.
  • Capítulo 6: Las pulgas, la clase coral.
  • Capítulo 7: Los grillos parlanchines faltos de ortografía, la clase coral
  • Capítulo 8: Clase coral.
  • Capítulo 9: Clase coral.
  • Capítulo 10: Don Ataúlfo y doña Felipa, el gato.
  • Capítulo 11: Clase coral.
  • Capítulo 12: Clase coral.
  • Capítulo 13: Luisito, coral.
  • Capítulo 14: Clase coral.
  • Capítulo 15: Clase coral.
  • Capítulo 16: Clase coral.
  • Capítulo 17: Ramón Abad, Lucas Ayala. Clase coral, la vaca pelirroja.
De hecho, quizá deberíamos considerar la clase, o bien como parte del elenco principal, ya que hace que tengan lugar muchas de las aventuras de nuestro héroe, o bien sea al menos un personaje recurrente múltiple.
Por lo tanto, se trata de un elenco muy complejo para seguir por parte de alumnos de primaria.

Abundando en lo dicho en el epígrafe de la edad, que considero de vital importancia a la hora de recomendar o de usar didácticamente un libro, tal y como vemos después del análisis de los bloques temáticos del libro, la estructura y los personajes, el libro es bastante más complejo de lo que se podía pensar a primera vista. Por ello, cuando en la ficha se refleja que está indicado para niños de a partir de 10 años, y pese a tener alicientes como muñecos parlanchines y animales como coprotagonistas de diversas aventuras, el libro está indicado para alumnos más mayores de esa edad (Colomer, 1998; Casanueva Hernández, 2008).

Necesidades e intereses de los lectores:

En este sentido, el libro cubre bien las necesidades de los posibles lectores. Porque ¿qué quiere realmente un niño de 10 años?
Un niño de esa edad quiere vivir aventuras. Y ser aventurero es una de las máximas de Simón. También les encanta manejar su imaginación, buscando y desarrollando las actividades más variopintas.
Así, los personajes del libro son  personajes extremadamente esquemáticos para que sea el niño, con su imaginación, el que complete la caracterización de cada uno de ellos.
Por otra parte, ¿A qué niño, por lo general, no le gustan los animales?
Por lo tanto,  el uso de animales como perros, gatos, pulgas, grillos, lagartos y alguno más es un recurso para captar otra vez más el interés del lector.
Y si nos ponemos en el punto de vista del niño, funciona estupendamente. Leer este libro desde el punto de vista del niño hace que el libro te transmita todos sus valores sin moralina. Al ser todas las situaciones abiertas, hace que te des cuenta del lo que es correcto y de lo que no, y de esta manera el niño saca sus propias conclusiones.

Valores y contravalores:

Este punto ya está bastante desarrollado en  algunos de los otros epígrafes de este trabajo/reflexión.
Si hacemos una síntesis del personaje principal, hablamos, como ya lo hemos hecho anteriormente, de héroe-antihéroe.
Así, sus deficiencias lingüísticas, su ensoñación y su falta de corrección hacen de él el perfecto antihéroe. Por otra parte, su pureza de corazón, así como su habilidad lingüística final con la rima, dejando en evidencia al propio don Anselmo, le hacen tener esa pátina de héroe.
Su antagonista, don Anselmo, es por una parte calmado, y permite que sus alumnos se expresen de forma natural como niños, aunque las consecuencias no sean las mejores.
Pero por la otra es dejado, siempre leyendo y a sus cosas, y no atendiendo al alumno, teniendo brotes de enfado, o ira……..
En definitiva, son humanos, con sus luces y sus sombras. Y esos brillos y oscuridades les hacen ser reales, verosímiles, el último fin de cualquier escritor.

Lenguaje:

Lenguaje en sí:

El vocabulario empleado es muy simple, sin ningún problema para un alumno medio.
Tan solo el uso de alguna palabra como ámbar puede hacer que el alumno se sienta obligado a recurrir al diccionario o a una búsqueda en Internet.
Quizá lo más raro del lenguaje, del vocabulario, sea los nombres propios.
Así, Anselmo, Ataúlfo, Aurelia, Felipa, Fita, o Rita no son nombres de uso común hoy en día, por lo que son ciertamente extraños acumulados en un solo texto.

Estilo:

El estilo del libro es muy impersonal en la manera de expresarse. No expresa las emociones ni la manera de ver la situación por parte del escritor, ni presenta las acciones con dramatismo o con fuerza. Se limita a proponerlas. Esto hace que cada una de las situaciones esté muy abierta, y que el lector juvenil se pueda sumergir en la acción.
La editorial califica el estilo como humorístico. Sin embargo, el humor para niños de 10 años tienden a la carcajada, y en este caso las situaciones tienden más al humor absurdo, a la sonrisa, lo que no casa en modo alguno con lectores de quinto de primaria.

Estructuras gramaticales:

Las estructuras gramaticales son muy simples, con frases cortas, quizá demasiado cortas. No aparecen si subordinadas ni perífrasis verbales.
Esta cierta rigidez del texto hace que aparezca plano, y carezca por completo de todo tipo de recursos que nos inviten a la especulación.  Es un texto directo, que no admite dobles lecturas. El autor dice lo que quiere, sin más interpretaciones. Pero también permite que el texto sea liviano, y que se lea de una manera rápida y muy eficaz.

Figuras lingüísticas:

El texto carece completamente de figuras lingüísticas. Tan solo cuando el profesor, don Anselmo, pide a los alumnos realizar un juego de rimas, aparecen cuatro versos rimando con una metáfora muy llamativa.
“Don Anselmo, don Anselmo,
tiene un corazón tierno,
guardado en un termo,
forrado con piel de paquidermo.”
Podemos hablar de una doble interpretación de la metáfora. La propia de su caja torácica, y la otra, aun más poética, de que tiene su corazón bajo siete llaves.
Otro juego de palabras que se realiza en el texto, y con el que pone de manifiesto las dificultades de pronunciación y memoria de Simón es el uso de “homófonos”, o al menos palabras que suenan de manera semejante, como Anselmo, Ansilio y Ansioso, o Aurelia, Lurula o Laurel. Como podemos ver, muchas de las palabras son, a su vez, inventadas.

En conclusión, se trata de un libro muy agradable de leer, directo, con finales de capítulo muy abiertos que permiten pensar al alumno y que transmiten al mismo alumno una gran cantidad de valores.
Además, al presentar personajes muy esquemáticos, y gran cantidad de animales, hace que la imaginación y el interés del alumno se disparen.
Pero por su estructura temporal, por su complejidad de personajes y por el contenido en valores, que son contenidos abstractos, el libro traspasa a día de hoy el nivel de quinto de primaria propuesto para situarse en sexto, en algunos casos, o mejor aun en los dos primeros cursos de enseñanza secundaria.
Por mi parte, y como parte de esta primera revisión, echo de menos alguna conclusión más. Por ejemplo, Olga, una de las compañeras que ha tenido la amabilidad de leerse este blog, señala la importancia de poseer y elegir con criterio el lenguaje con el que nos expresamos en clase y con el que nos dirigimos a los alumnos, compartiendo el criterio de Santiago (2010). Está claro que debemos hacernos eco de la expresión actual de la “calle”, pero también debemos de ser un faro al que los alumnos puedan dirigirse, en caso de necesidad, para apoyarse o recibir consejo.
Y parte de ser este faro, es facilitar libros accesibles y bien redactados, adecuados para ellos.
Lejos de ser crítico, aunque con espíritu crítico, y a modo de reflexión, creo que el uso desmedido de traducciones, especialmente del inglés, por muy bien realizadas que estén, está desvirtuando en parte nuestra forma de expresión y redacción.
Está muy claro que el lenguaje, y por ende la literatura, son dinámicos, en constante cambio y transformación. Pero el abuso excesivo de ciertos giros y expresiones de origen anglosajón está minando la redacción y la expresión de los niños jóvenes (y no tan jóvenes, y entre estos últimos y mismo me incluyo), hasta el punto que muchas redacciones parecen más un compendio de English grammar and syntax.
Hagamos que una de las competencias de los profesores sea cuidar nuestra expresión oral y escrita, y poner en valor nuestra literatura a través del uso diario del lenguaje.
Bibliografía consultada:
Cabrera, María del Carmen Quiles (2015) Quién eres y de dónde vienes: señas de identidad en la literatura infantil y juvenil. Tonos Digital. 28: 1-2E.

Casanueva Hernández, M (2008). El texto literario y el receptor infantil y juvenil. Tabanque. Revista Pedagógica. 21: 25-38.
Cerillo, PC, y Yubero, S (1996) ¿Qué leer y en qué momento?  
El trabajo es muy apreciable, y los autores son sólidos. Sin embargo, no se encuentra el origen de la publicación, aunque se referencia que parte del trabajo se ha publicado previamente en:
Cerrillo, PC. y García Padrino, J (1996): Hábitos lectores y animación a la lectura. Universidad de Castilla-La Mancha (Ed). Universidad de Castilla la Mancha. Cuenca.
Colomer, T (1998) La formación del lector literario Narrativa infantil y juvenil actual. Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
De Santiago Guervós, J (2010). La competencia cultural en la competencia comunicativa: hacia una comunicación intercultural con menos interferencias. Monográficos marcoELE. 11, 113-130. Descargado desde: http://www.marcoele.com/descargas/11/05.de-santiago.pdf el 14/10/2016
Soriano, M (1995) La literatura para niños y jóvenes. Guía de exploración de sus grandes temas. Ediciones Colihue.

8 comentarios:

  1. Hola Jesús,
    Lo primero de todo felicitarte por tu trabajo, me ha gustado mucho la entrada que has hecho en la presentación del libro, ya que al poner una descripción personal de tu etapa escolar y de tu afición literaria has facilitado que empatizara contigo antes de leer tu trabajo.
    Lo segundo, es que de forma natural tienes un sustancioso vocabulario, especialmente en lo que se refiere a adjetivos, lo que hace más enriquecedora la lectura de tu blog. Que viene explicado por tu claro deleite con la lectura. Este aspecto lo considero importante de cara a tu futuro como maestro, ya que como explica Javier de Santiago Guervós, en su ponencia en un Congreso por la interculturalidad y la educación, es una pieza fundamental , entre otras cosas, la amplitud de nuestro vocabulario ya que permite la mejora de la comunicación y reduce las interferencias.
    En tercer lugar, me ha chocado este cuidado a las palabras con faltas de signos de puntuación y en alguna ocasión en la redacción; por ejemplo repitiendo en un mismo párrafo así mismo o palabras que han quedado incompletas, que por descuido o rapidez al escribir, te has dejado sin alguna letra.
    Por último, creo que lo principal lo has sabido transmitir el choque entre el contenido y el formato del libro. A mí también me sorprende, de hecho has despertado mi interés por leer el libro, que tenga cosas de la edad recomendada incluso por debajo como comentas de las ilustraciones o frases y después toque temas que se escapen de esa edad. Cuando escribes sobre saltos temporales, humor particular, el recurso de las mascotas, el formato en capítulos, la identificación por el personaje, la ubicación en la su realidad (la escuela-clases) veo los ingredientes para una narrativa de diez años, según nos indica Pedro C. Cerillo sobre la etapa cognoscitiva en la que se encuentra. Por todo esto y por tu no explícita invitación leeré el libro para aprender ese juego entre transmisión de valores sin moralizar que tan difícil me parece de conjugar.
    Un saludo y enhorabuena de nuevo,
    Olga
    Webgrafía:
    http://www.marcoele.com/descargas/11/05.de-santiago.pdf
    https://www.chiclana.es/fileadmin/_migrated/content_uploads/Que_leer.pdf

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    1. Un excelente comentario, Olga. Lee, por favor, lo que le he digo a Jesús más abajo.
      No hables de etapa cognoscitiva -que solo hace referencia a los conocimientos- sino evolutiva, que incluye muchos más componentes.
      Revisa lo que se explica en el tema sobre valores y contravalores y entenderás que no tienen nada que ver con la moralización.

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  2. Hola Jesús,


    En primer lugar, enhorabuena por tu trabajo. Tan solo leyendo el tema principal del libro que has escogido invita a leerlo.

    Al leer tu análisis, me he percatado de algunos fallos relacionados con el descuido.
    Por ejemplo, palabras en las que te has comido alguna letra como en el apartado de “Ficha del libro” la i de libro o la e en “valores” un poco más adelante. También, se te ha olvidado en la lista de capítulos, el título del capítulo número 10. Son fallos fáciles de corregir, así que te aconsejo echarle un vistazo.

    Finalmente, echo en falta alguna ilustración del cuento que podrían ser de gran ayuda para hacernos una idea de como son las ilustraciones que describes.

    Por lo demás, me ha parecido un buen trabajo.

    Un saludo,

    Ana Moreno

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    1. Bien Ana, pero no olvides que hemos definido cuento como relato breve. Un cuento no tiene capítulos. Estamos analizando libros y este, en concreto, es una novela. Aunque sea infantil.

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  3. Hola a ambas.
    Estoy muy de acuerdo con lo que decís.
    Acabé el trabajo muy deprisa, y casi no me dio tiempo ni a publicarlo.
    Pido perdón por su aspecto y por no haberlo revisado convenientemente.
    Y también muchas gracias por las sugerencias.
    Las tendré muy en cuenta para la siguiente versión del trabajo.
    Un saludo y muchas gracias de nuevo por vuestras contribuciones.

    Jesús

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  4. Ufff... vamos a ver cómo nos organizamos, Jesús.

    La primera edición de Simón, Simón es de 1989, justo los años en los que se renovó el concepto de literatura infantil y, tanto las editoriales como los autores, comenzaron a responder a las necesidades evolutivas y motivacionales de los receptores y a un nuevo concepto de "protagonista", que ya no es plano, sino dotado de psicología. Es cierto que ha llovido desde entonces… pero, hasta donde yo sé, los baremos siguen siendo los mismos. ¿En qué te basas para afirmar que no es así?

    Difiero también de tu hipótesis de partida sobre la edad de los receptores. Al igual que le ocurrió a María, creo que has trabajado al revés y por eso tu análisis plantea problemas.

    El primer paso es leer el libro y el segundo, sin buscar aún ninguna información que te mediatice, debe ser escoger una edad como punto de partida para tu análisis. La tarea consiste en contrastar esa hipótesis con los diferentes aspectos del formato y del contenido.

    Si has leído el tema con detenimiento, sabrás que los niños protagonistas suelen reflejar la edad de los receptores y, por lo tanto, si Simón está en 5º, lo lógico sería que te centraras en esa edad, al menos como punto de partida. Más aún cuando él y sus compañeros hablan y se comportan como niños de 10 años o, incluso, más pequeños.
    En los casos en los que el libro no incluye este dato, podemos deducirlo de lo que el protagonista hace y dice.

    Pero tu trabajo parte de un "diagnóstico" (no de una hipótesis)... obviando cuestiones importantes y sin consultar fuentes sobre psicología evolutiva, solo fuentes sobre literatura y sobre intereses de los lectores.

    Vamos al análisis. Ten siempre presente que el análisis no es del libro en sí (análisis filológico), sino de la adecuación del libro a la edad de los receptores (análisis psicopedagógico)

    - "...la coloración en tan solo dos colores son muy convincentes y se alejan del colorido de los cuentos infantiles..." Es una afirmación gratuita. Actualmente existe literatura ilustrada, y a color, para todas las edades, incluso para adultos.
    Si bien es cierto que este tipo de imagen ya está un poco obsoleta, las ilustraciones no son adecuadas para niños de 12 o 13 años, pero sí de 10. Sin embargo, estoy de acuerdo con tu afirmación sobre la exagerada importancia que se le da a la representación del maestro frente a Simón o los demás niños.

    - Destacas como tema principal la autoafirmación. De acuerdo, aunque esta autoafirmación, tal y como se refleja en las andanzas de Simón, es muy infantil, incluso para los niños de 10 años del siglo XXI. De hecho, Simón no actúa conscientemente para autoafirmarse, simplemente se comporta tal y como es, con actitudes propias de un niño muy imaginativo, poco sensato y bastante travieso. Es el típico "liante" de la clase. Pero, insisto, no existe en ningún caso la rebeldía preadolescente, solo la inconsciencia infantil. Yo le daría una vuelta para ver si puedes definir el tema de otra forma.

    Para afirmar que el tema principal es adecuado o no a la edad de los receptores, debes buscar -como se indica en la guía- fuentes fiables sobre psicología evolutiva que te permitan realizar afirmaciones certeras. Y no se trata de que los lectores sean capaces de deducir o entrever lo que tú como maestro eres capaz de percibir... sino de que su momento evolutivo les permita identificarse con las situaciones, las acciones y los diálogos en los que ese tema se pone de manifiesto.

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  5. En cuanto a los temas secundarios, no puedo coincidir contigo en que cada capítulo sustenta uno. Básicamente has cambiado los títulos de los capítulos, pero no lo has explicado ni has argumentado sobre ello.

    Los temas secundarios son: la imaginación, las consecuencias de nuestros actos, el absurdo y el humor.
    Cada uno de ellos debe aparecer explicado (con referencias al texto, como has hecho con el principal) y con una argumentación sobre la adecuación o no a la edad de los receptores.

    La estructura del libro es atípica, vale, porque no tiene referencias temporales sino que reproduce pequeños episodios de la vida de Simón, pero es lineal: planteamiento (se nos presenta al protagonista), nudo (las aventuras de Simón en 5º curso) y desenlace (cómo termina ese curso tan movidito). No hace falta decir más. Simplemente, que se trata de una estructura adecuada para la edad de los receptores... o no.
    De todos modos, piensa que, en textos para niños mucho más pequeños... o en películas infantiles, el planteamiento sirve para hablar de cuando el protagonista era pequeño y ese salto temporal que tanto te preocupa, es asimilable -incluso- para niños de 6 y 7 años.
    - En el apartado de personajes, la idea no es citarlos a todos ni ver qué peso tienen en cada capítulo. El protagonista es Simón. Debes explicar cómo es y si su forma de actuar, de relacionarse con los demás y de expresarse es propia de un niño de X años. Nuevamente debes basarte en la psicología evolutiva para fundamentar tus afirmaciones.
    En cuanto el resto de personajes, lo importante es que sean cercanos y reconocibles para un niño de X años; es decir, que reflejen su entorno incluso si la historia es de fantasía. Por lo tanto, debes argumentar si están bien elegidos para lectores de X años.
    Me vale, si lo recolocas, lo que comentas en ese apartado que titulas: "Necesidades e intereses de los lectores". Aunque no partas solo de tu experiencia o de tus creencias. Busca fuentes de psicología evolutiva para sustentarte. Por ejemplo: dices que un niño de esa edad quiere vivir aventuras... demuéstralo.
    Justo antes de ese apartado, citas a Colomer, 1998 y a Casanueva Hernández, 2008. ¿qué aportan estas referencias? ¿Se afirma en estos textos que Simón Simón es para niños mayores de 10 años?
    - Valores y contravalores. En la literatura infantil de autor no necesariamente hay antagonistas y, al analizarla, no deben establecerse esas relaciones como norma general. Don Anselmo no es el antagonista de Simón.
    Si relees la teoría, verás que los valores y contravalores en la literatura infantil actual, son actitudes que van a desembocar, tarde o temprano, en felicidad o infelicidad. Me valen las que aportas sobre Simón, pero debes -una vez más- argumentar si son actitudes propias de los niños de la edad de los receptores; si van a entenderlas porque forman parte de su realidad, porque ya las han experimentado. Siempre sustentándote en fuentes fiables.
    El lenguaje lo has tratado bien. El humor, efectivamente absurdo, es ya de por sí un recurso. Deberías -como siempre- buscar información de cómo es el humor en esas edades ya que tu frase “el humor para niños de 10 años tienden a la carcajada” no está justificada “ es una mera opinión.

    Por supuesto, todo lo que te planteo, supone revisar las conclusiones.

    Creo que todo ha sido un error de método (el diagnóstico siempre se realiza en la conclusión, no en el planteamiento) y que la bibliografía consultada sobre literatura, lejos de ayudarte, te ha confundido un poco. Seguro que eres capaz de mejorar muchísimo tu análisis.

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  6. Hola Irune.
    Ya veo que tengo mucho trabajo por delante.
    Colgaré los comentarios y referencias por una parte, a modo de respuesta, y luego los incluiré en el análisis.
    Como bien decía al principio, el libro era un trabajo envenenado.
    Viendo ya en la contraportada del libro la edad a la que está destinado, abstraerte y tratar de hacer un análisis no mediatizado es muy complicado, y más aun si tras la lectura estás en desacuerdo.
    Bueno, vamos a ello.
    A ver que tal la versión 2.0.

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